LA ESENCIA DE TODAS LAS
COSAS
1. Antes de que el universo se
descomponga en cosas, antes de que la separación consiga dividirlo
todo, con orden o sin él, antes de que tengamos clasificaciones, aún
antes, existe algo que no el concepto de existencia nos permite
aprehender.
2. En el perfecto <<sin
lenguaje>> reside todo lo que no se puede pensar.
3. Si hablar es pensar, entonces todo
lo que puede hablarse es pensamiento, por lo tanto, nada de lo que
puede decirse se encuentra fuera del pensamiento. Consecuentemente,
si el pensamiento es diferente de lo que existe por si mismo, y todo
lo que puede decirse remite al pensamiento, entonces nada puede
decirse sobre lo que existe con independencia del pensamiento.
4. A esto que existe con
indenpendencia de lo que puede pensarse, permítaseme llamarle
<<voluntad>>, porque esta palabra evoca un rasgo de la
existencia que no puede definirse realmente, pudiéramos llamarle
<<espíritu>> asumiendo que no se cuerpo ni mente.
5. Hemos establecido un algo, exterior
al lenguaje, inefable: que no puede pensarse con palabras. Le
llamamos <<voluntad>>.
6. Al imperio o mandato, que nos
reclama desde y hacia una forma inefable, a un ego disuelto, a un
pasado improbable, al desdén de la ilusión, a un pensamiento
liviano como la luz del sol, que se derrama sobre el valle, a esto
llamo <<voluntad>>.
7. Y, al decir <<voluntad>>,
no denoto un objeto de nuestro lenguaje: evoco algo que no puede
nombrarse.
8. Cuando pensamos que no puede
nombrarse, este pensamiento no puede legarse, no puede transferirse,
no puede comunicarse, porque nos transporta fuera del lenguaje.
9. Al llegar a este pensamiento, el
velo de la ilusión se corre, exponiendo la evocación de una esencia
absoluta, que no puede nombrarse.
© Edgard Zuluaga
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