martes, 30 de mayo de 2017

LA REVOLUCIÓN CULTURAL: La destrucción del estado de derecho IV. La paradoja de la cultura total

IV - La paradoja de la cultura total

Se supone que el marxismo cultural quiere eliminar las fuentes de opresión cultural y liberar a los grupos culturales oprimidos de la sujeción a que los someten los grupos culturales dominantes.

Pero yo veo una flagrante paradoja en el totalitarismo de la cultura total.
¿Por qué paradoja? Porque este pensamiento de colmena que es la cultura total, esconde en el fondo algo opuesto a una concepción total del universo, o sea a concebir la existencia individual como parte de una totalidad de orden superior, lo cual no sería para nada inconsistente con un individualismo cultural, del espíritu, de las ideas que acepte la necesidad la vida social para la supervivencia.

El pensamiento de colmena oculta en su núcleo un egoísmo basado en la identificación con el cuerpo y consiguientemente, como lo hacen todos los que se identifican con su cuerpo, con la primacía de los intereses asociados a la preservación de la existencia material, consecuencia lógica del materialismo que impregna la ideología de la izquierda.

Aunque hable con la voz de la colmena, aunque piense con el pensamiento de la colmena, el marxista cultural en su fuero interno considera que la concreción de su capricho egoísta es más importante que la preservación de la colmena: simplemente la usa para obtener ventajas frente a los que lo dejarían atrás en un regímen de comportamiento exterior a la colmena. Porque sólo puede desear la totalización de la colmena aquel cuyos intereses sólo se pueden realizar a través de ésta.

Sin embargo, en cualquier momento la mente del enjambre, que no se controla a si misma sino que es controlada por la fuente de sus estímulos, puede prescindir de sus miembros en base a consideraciones instrumentales, como Mao, Lenin y Stalin prescindieron de la existencia de millones. Porque la identificación de la existencia con la materia tiene como consecuencia la prescindibilidad de la vida individual en beneficio de un sistema material más grande que, como resultante de un complejo entramado de procesos materiales, no tiene ningún tipo de conciencia y que, si bien no tiene su auto-conciencia bien puede ser dirigido, precisamente porque no la tiene, porque todo lo que carece de consciencia se mueve en virtud de causas externas.

Por lo tanto, la conclusión de la revolución cultural significa la sustitución de un esquema de comportamiento anterior, presumidamente opresivo, por un regímen de comportamiento colectivo y total, sin autoconciencia, controlado desde fuera.


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